Cierto es, y así se constata en alguna página de esta Santa Casa, que no hemos ocultado nuestro disentir frente al criterio del obispo conforme al cuál los invertidos son seres nocturnos así como enfermos que en el mejor de los casos pueden corromper a los jóvenes como hizo nada menos que Sócrates y en el peor corromperlos adentrándose con el miembro verecundo en el anal orificio de la víctima. Vil comportamiento del que paradójicamente el colectivo al que el padre pertenece ofrece más de un botón de muestra. Sin embargo no consta que monseñor haya emprendido campaña especialmente intensa contra las abortistas. Lo suyo son los maricones, no las abortistas. Decae así la construcción teológico filosófica hilvanada por Payasete y Fu Chinin en la gaceta de las risas. Con ellas, con las abortistas, NO se ha metido. A cada cuál lo suyo.

Por último hacer inciso en que la freudiana fijación anal de algunos prosistas si sobre algo ilustra no es sobre las tendencias de la diana de la cuchufleta. Ilustra sobre ellos mismos que al fin y al cabo son los mentores de la ocurrencia. Y en razón de simetría y en virtud del principio de reciprocidad uno se pregunta que publicaría El País si desde el púlpito el obispo de Alcalá llamará como probablemente son, es decir maricones, a los meapilas de El Jueves.